martes, 14 de octubre de 2008

Capítulo cuatro

Después de mucho esfuerzo, Rodrigo me pudo comunicar que nuestro viaje hasta Buenos Aires duraría unas tres semanas, es decir, veintiún crepúsculos, y que estaría dispuesto a enseñarme su lenguaje.
Y así fue. La mayor parte del camino me dedicaba a señalar objetos o acciones para que el soldado me dijera sus respectivos nombres. No fue tan difícil aprender el lenguaje como supuse que iba a hacer. Su forma de producir sonidos era muy monótona y sencilla comparado con la mía y eso me favorecía. Y aunque no me lo creían posible, a fines de la tercera semana ya tenía un dominio del lenguaje, básico, pero bastante bueno.
-Mañana ya podremos dormir con nuestras mujeres- dijo Ricardo, uno de los tantos soldados.
Todos sonrieron ante la perspectiva, estaban cansados y el comentario no solo les había dado el recuerdo de sus seres queridos, sino de su hogar, de una cama y de la comodidad que representaba todo aquello.
Aunque esa visión de felicidad se le borró enseguida a Rodrigo cuando Víctor, un humano alto, fuerte y con una actitud bastante soberbia e inquisitiva se le acercó
- Dime… ¿qué vas a hacer con el muchacho?- preguntó señalándome con la cabeza, parecía estar disfrutando de la frustración que le había causado al otro.
- No lo sé…
- Pues apresúrate, porque hoy es el último día de tomar una decisión
- No puedo dejarlo en la calle así sin más, no sé...
Aparenté no prestar atención cuando me miró, sabía que un humano no podría escuchar esa conversación que se producía en un rincón del campamento.
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Quedártelo como mascota?
- No como mascota exactamente…
- ¡Oh! ¡Por favor! ¡No puedes adoptar a cualquier bicho que se te cruce en el camino!
- No es ningún bicho, creo que lo has visto suficiente para darte cuenta de que es especial- contraatacó Rodrigo, que si bien no elevó el tono, su voz denotaba firmeza.
-No es especial -dijo Víctor disminuyendo el tono-, es anormal. Y no me digas que no es así, porque eso sí que no lo puedes negar ¿qué clase de persona duerme haciéndose un ovillo y grita cosas incomprensibles una vez cada tres noches?
Un ardor amenazó con enrojecer mis mejillas. No podía evitar dormir de esa manera y cada vez que dormía siempre tenía pesadillas con mi madre, las noches (en las cuales tuve que acostumbrarme a dormir) que no grité desesperado eran por el simple hecho de que no dormía. Odiaba dormir.
-Es cierto que tiene algunas actitudes un tanto extrañas, pero ¡mira cómo aprende! Además…
-Oye –le cortó- sé que te has encariñado con él, si piensas adoptarlo es tu problema, no el mío, además… este tema ya me aburrió.
Enseguida noté el gesto de disgusto de Rodrigo ante el último comentario; y estuve de acuerdo con él ¿Qué se creía? ¿Vino a hacerle un recordatorio de sus preocupaciones y luego a marcharse porque el tema le había aburrido? Eso sí que era ser un maldito desgraciado, ahora comprendía por qué no se llevaban muy bien.
El resto del día Rodrigo no le habló, en realidad, no habló con casi nadie. Estaba muy pensativo y dudaba de que sólo se tratara de mí. Así que decidí, cuando el sol se escondió entre los árboles, acercarme.
-Hola
Rodrigo miró hacia el bosque, desconcertado, y luego se percató de que yo había emitido el sonido.
-Hola –dijo, aún sorprendido por mi acento un tanto “exótico”- ¿Qué te trae por aquí?
- Me preguntaba si podría conocer a tu familia, todos parecieron muy felices cuando mencionaron a sus esposas- sonreí, y Rodrigo no pudo evitar devolvérmela.
- Por supuesto que sí, además, si Inés o Elizabeth te vieran seguro que te querrían visitar todos los días –sonrió y luego soltó una pequeña risita, como si se tratase de algún chiste. No lo comprendí y me apresuré a decírselo.
- No entendí
-Oh, olvídalo, es solo que eres bastante… llamativo- y al ver que seguía sin captar el chiste agregó- lo que quiero decir es que serías bastante apuesto para las mujeres.
Seguí sin comprender, ya que no sabía la palabra fundamental de la oración, “apuesto”. Rodrigo parecía intentar explicarme algo de una forma sutil y correcta y eso suponía utilizar un lenguaje un poco menos rudimentario.
- ¿Qué significa “apuesto”? –pregunté. Rodrigo me miró incrédulo y luego se echó a reír tan estrenduosamente que las personas más cercanas dieron vuelta la cabeza hacia nosotros.
-Perdona- dijo aún riéndose- a ver… ¿recuerdas cuando Víctor hablaba de una joven de un pueblo y decía que era “hermosa”?
-Sí
- ¿Sabes qué significa?
- Creo que sí, ¿quiere decir que la joven era linda para Víctor?
- Exacto, bueno… “apuesto” es un sinónonimo de lindo, significa lo mismo.
- Oh.
Había captado la idea, pero recordaba otros comentarios de aquella conversación, y no todos eran agradables.
Rodrigo volvió a romper en carcajadas, al parecer, por mi expresión, seguía el rumbo de mis pensamientos.
- No pienses eso, solo piensa que eres lindo para las mujeres, quédate con eso- dijo después de recuperarse del ataque de risa.
Minutos después, su expresión se volvió completamten seria.
- ¿Sabes?- preguntó.
- ¿Qué?
- Estuve pensando y… cuando lleguemos… tú no tienes a dónde ir y me preguntaba… si te gustaría vivir un tiempo conmigo y mi familia…
- ¡Por supuesto! – exclamé, haciendo sobresaltar a Rodrigo del susto.
Yo también había estado pensando en qué haría cuando llegáramos a Buenos Aires, no tenía idea de con qué me encontraría y la idea de que algún humano me guiara me resultaba fantástico.
- ¡Entonces quedamos así!- gritó satisfecho y fue el fin de la conversación.
Tanto él como yo nos sentíamos felices y estábamos impacientes porque fuera mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

esperando el proximo capitulo, y el proximo, y el proximo!!!!!!!!!
jaja, estan buenisimos!!!!!!
ojala que logres terminarlo!!!
un beso enorme diani!!!!!!
te kiero mucho, mucho, mucho!!!!!
suerte con la school!!!!!!!
que yo estoy igual o peor, jeje...
bue, chau!!!!!!
kami...
pd: segui escribiendo, que ese talento que tenes esta buenisimo!!!
xD
yo....kaamii_93....jajaja

Gerardo dijo...

Está muy interesante tu relato, y qué bueno que hayas decidido compartirlo con otros. Me agrada tu estilo, continúa trabajando sobre él y reforzando un hábito tan enriquecedor como el de la escritura. Saludos desde acá, cuídate, nos leemos.

L.D Briceño dijo...

Holaaa de nuevo terminé el anterior y tuve que continuar con este... Simplemente fantástico.

Gracias por tu comentario Diana, pero se me formuló una pregunta mientras leía... ¿Qué fue eso tanto q te encantó de mi historia aparte del tema?...

Gracias y Bye! :)

Prox... Cuento de Noviembre :)

Ferr dijo...

Hola Diana, gracias por tomarte tu tiempo en leer mi humilde bitácora, creí que nadie lo haría, y mucho menos de Argentina. Me parece super que escribas relatos, los leeré todos, y fácilmente terminé convirtiendome en tu fan number one.

Saludos a la distancia.

Ferr